miércoles, 9 de diciembre de 2015

Ícaro

Están gritando. Los oigo a todos. Están gritando mi nombre.
La voces de hombres, mujeres y niños ensordecen mis pensamientos.
Pronuncian mi nombre en sus mundanas bocas pidiendo mi muerte, claman por mi sangre.
Oh, no son más que vendidos.

Miro la multitud, escrutando sus caras, y lo veo ahí, callado, sin pronunciar ni una sola palabra en mi favor. Su semblante es triste, está apenado, pero se queda inmovil entre la masa.
El amor me ha traido hasta aquí y por amor voy a morir.

Soy Ícaro, volé hacia ti como una ciega, tu calor sanó mis heridas y tu fuego calentó mi helado cuerpo. Pero cuando pude reaccionar ya me estabas abrasando.
Quise estar cerca y me quemé.
Todo fue una ilusión. 

Ahora me doy cuenta de que tu calor, me enfrió.
Tu luz, me dejó sumida en la mayor oscuridad.
Tus silencios me hicieron hablar, y tus gritos callar.
Ya no hay más que hacer, he perdido.

Las voces siguen gritando. Llega el primer impacto y el dolor me desgarra el pecho. Ya no hay multitud, ya solo estas tu, tu y tu espada que cercena mi cuello.
Tu amor me ha traido hasta aquí y por tu amor he de morir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario